domingo, 4 de diciembre de 2011

El Ritual Sagrado

   Colocar la equipación se ha convertido en un ritual sagrado. Casco, guantes... El ritual que prepara mi cuerpo y mi mente. Ahora se que estoy listo, preparado para unirme a ella.
   
   Me desea, tanto como yo la deseo. Unidos y con el asfalto bajo nosotros dejamos el anodino mundo de la gente corriente. Ahora rodamos. No es solo movernos por la carretera. Es diferente, es disfrutar, es la certeza de poder llegar a cualquier sitio, no tienes límites, no necesitas nada, solo rodar.
   
   La carretera antaño enemiga, arisca, peligrosa y traicionera. Cuando estoy con ella se mueve conmigo, me ayuda, sabe lo que quiero y me lo presta. Se mueve a nuestro ritmo, baila bajo nosotros acompañando el dulce y armónico sonido de nuestro motor. El motor que impulsa este viaje de ensueño. Donde nadie puede alcanzarnos.

   No quiero que acabe, quiero seguir para siempre. Pero despertaré de este sueño cuando pare el motor. Terminará el sonido que mantiene encendida la ilusión. Volveré al mundo de la gente corriente. Pero mañana, comenzará un nuevo ritual.